Una extraña joven caminaba cojeando por las calles desoladas de un pequeño pueblo costero bajo la fría lluvia, su vestido estaba rasgado con rastros de tierra y de su propia sangre. Su cuerpo pálido y casi esquelético estaba cubierto por moretones y rasguños que apenas se distinguían entre la tierra que se había pegado a su piel. Una señora la ayudo y la atendió, recibiendo la en su hogar donde vivía con su esposo y sus tres hijos. lo que no sabían ellos ni las personas de aquel pueblo tan distante es que con la llegada de ella los problemas surgirán, el misterio comenzará y la sangre correráAll Rights Reserved
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