Él lo dio todo por su mejor amigo y el ingrato no supo devolverle el favor. Fingir que Damon Salvatore nunca existió se convirtió en una solución temporal, pero esa coartada no durará para siempre. Elena Gilbert sabe que algo anda mal con la versión de los hechos. Lleva años esperando para poder verlo de nuevo, pero las cosas no son para nada como ella creía. Damon y Elena tendrán que enfrentar a la cruda realidad. Pero para hacerlo, primero deberán conocer ambas caras de la moneda y demostrarse mutuamente que creen en la palabra del otro.