Cuando Daniel entra a ser parte del equipo de la seguridad de Adonay, solo tiene un propósito en mente: vengarse del hombre que asesinó a su familia. Lo que no tiene previsto es que Jessit, el hijo de su enemigo, será el que amerite de sus servicios como escolta. Siendo como es de obstinado, arrogante y presuntuoso, Jessit no le hará para nada fácil que él pueda llevar a cabo su venganza. Esto lo llevará a replantearse su plan en donde todo se reducirá a una sola elección: ¿No será mejor matarlo a él en vez de a su padre?