Tras haber acabado y haberse graduado en la carrera de economía, Elisabeth Jones decide hacerse cargo de la nueva empresa discográfica de su padre, en la maravillosa ciudad de Los Ángeles.
Elisabeth Jones es aquella mujer empoderada, morena, con curvas marcadas, con una mirada que hacía que más de uno se perdiera en ella, en esos zafiros azules.
Era decidida y segura, conseguía todo lo que quería. Era la perdición y pecado de cualquier ser humano con ojos sobre la Tierra.
El destino no espero y le puso su mayor tentación. Magnus Thompson. Chico moreno, con espalda ancha, metro ochenta y ojos marrones. Es este tipo de chico posesivo, controlador y arrogante. Vaya al sitio que vaya el mundo está a sus pies.
Lo que no se saben, es que ambos esconden más secretos de los que les gustaría admitir.
Secretos comunes y oscuros.
Sus vidas dobles.
Y sus noches de pecados y placer interminable.
Empieza todo muy bien. Pero una decisión cambia el rumbo de esta intensa y pasional historia.
Bueno en realidad dos decisiones.
La curiosidad y el deseo de ambos.
Elisabeth tiene un contrato de negocios con su novio Máximo. Aunque al final acabaron acostumbrándose.
Sin embargo Max no es quien dice ser.
Magnus estaba casado con Sophia, iba a empezar su carrera profesional como cantante. Quería dejar atrás la vida que su padre había preparado para él, cosa que con Sophia era más que imposible.
Sin embargo, el deseo, la pasión y el hambre carnal no tardará en surgir entre ellos dos. A pesar de la prohibición, todo resulta más tentador y no pueden mantenerse alejados.
De aquí solo puede salir una explosión de alboroto, caos y calor que seguramente sea lo que haga derretirse el hielo glaciar y el iceberg oscuro.
Sin embargo, tendrán que vivir con errores pasados, mafias secretas y los peligros de la noche.
Ella es hielo.
Él es iceberg.
¿Saltarán chispas del mismísimo glaciar?
¿Quién derretirá primero a quien?
¿Qué pasará si todo explotará?
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...