Para cualquier niño la Navidad puede llegar a ser el mejor día de el año, o casi tanto como su cumpleaños, cuando eres pequeño por los regalos pero a medida que creces te das cuenta de que no todos son regalos... Carlos era un niño de 9 años de edad, vivía en un pequeño pueblo en las afueras de Madrid. Vivía con su madre, su padre y su hermana pequeña, Ana. Ellos no eran la familia más rica del pueblo, pero conseguían llegar a fin de mes. Pero todo eso en una triste Navidad cambió... Era 24 de Diciembre, y los padres habían decidido salir a comprar el árbol de Navidad, había bastante nieve, y por si fuera poco, llovía. Mamá, papá, tener cuidado hace bastante mal tiempo -exclamó Carlos- Carlitos no te preocupes, cuida de tu hermana, nosotros iremos con mucho cuidado. -afirmó su madre- Carlos cogió a su hermana y se pusieron la televisión para ver dibujos, y así poder tranquilizarse, cuando la hermana se durmió Carlos la subió a la cama y el también decidió irse a dormir