Perdida. Así se sentía ella, pero no ese sentimiento que tienes cuando giras a la derecha en vez de a la izquierda y no sabes como seguir. Ella se había perdido a sí misma. A las ganas de hacer las cosas bien. Había pasado de vivir la vida que todos envidiaban, a simplemente sobrevivir. Pero eso nadie lo sabía, ella seguía con una sonrisa en la cara. Pero lo que nadie sabia era que esa sonrisa era una pegatina, una pegatina que de tanto usarla había dejado de pegar. Porque siempre, nada es lo que parece.All Rights Reserved
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