'Ojalá nunca te hubiera conocido, porque no hubiera tenido que aprender a arriesgarme.' Nora no puede más que estar alegre al enterarse de que su padre va a casarse, pero jamás pensó que tal hecho significaría soportar todo un verano con Víctor Reyes. Demasiado serio, demasiado egocéntrico, demasiado pre juicioso, demasiado... él. Aún así, estaría condenada si dejara que eso arruinara la felicidad de su papá. Víctor no puede creer que ahora esté relacionado con una familia que luce como un circo gótico andante, sobretodo la hija mayor, Dinorah: ella es la peor de todos ellos. Está seguro de que la chica, como los diseños de su ropa, no debe tener más que telarañas en la cabeza. No puede esperar a poder alejarse de ella. Sin embargo, la vida parece decidida a juntar a estos polos opuestos una y otra vez. Él tan recto, siempre dentro de los límites de lo normal, la imagen del chico frío y perfecto. No puede evitar criticar sin cesar a esta oveja negra. Ella sabe que todos esperan que siga los estándares de una vez por todas, si los poderosos se visten de blanco, ella también debería hacerlo. Tal vez entonces Víctor le tienda la mano. Pero, lamentablemente para ellos, ella de negro siempre se ve mucho mejor.