Yo le había comentado (más bien suplicado) de que si alguna vez se le ocurría pedirme matrimonio, no se le ocurriese regalarme un anillo. ¿La razón? Mis padres, especialmente mi padre, se podría enterar y lo más probable era que se convirtiera en homicida, nuevamente, algo que no era nada nuevo para él. Si ya lo han descubierto, sí, somos vampiros. Aunque nos agrada más el término "hijos de la noche".
De esta manera, llego el día. ¿Quién quería un anillo si el brazalete que me había obsequiado era lo más hermoso que alguien podría dar a alguien, y más como "anillo de compromiso? Eran pequeñas mariposas atornasoladas y de diferentes colores enganchadas entre si, terminando en una cadenita con un pequeño corazón colgando.
Pero, el día que comenzaríamos los preparativos para la boda, algo sucedió.
Algo que alguna vez vimos venir.
Algo que, tal vez, con la emoción, no recordamos.
Algo que nos alejaría quizás por cuanto tiempo...
Valle de cobre ha sucumbido ante la maldad de aquel que alguna vez consideró su salvador, el rey de todo se ve obligado a tomar una drástica decisión, su trono o el amor de su querida Ginebra...
De la unión de su vínculo nacieron los príncipes de sangre pura, futuros líderes de la raza vampírica, una leyenda acompaña su nacimiento empañando su gloria con la sombra de un oscuro presagio. El mundo ahora es consciente de la existencia de los seres sobrenaturales y una guerra inminente está por venir, un ardiente romance se aproxima, un amor que sobrepasará las puertas del infierno.
"EL AMANTE INFERNAL"