Los amores platónicos van y vienen, a veces te gusta una persona y al día siguiente otra, pero eso no importa porque tienes la certeza de que nunca lo vas a conocer, al menos no realmente. Claro que ese no es mi caso. Mis sueños, mis suspiros y mis sonrisas tienen un solo nombre. Mason Levine. El chico más guapo y popular de la escuela, y por desgracia... Mi vecino. Las posibilidades de hablar con él eran inexistentes, hasta esa tarde en la que desde la distancia de su ventana me mostró un mensaje escrito en una hoja de papel. Jamás pensé que unas simples palabras de tinta me cambiarían la vida. [SIN EDITAR]