¿Cuál es el deporte que más corazones mueve en la cancha?
Independientemente del gusto, es innegable afirmar que no hay un solo momento donde un cúmulo de extraños se congreguen en unión para una causa más pura, donde sus corazones latan como uno con la dicha de poder gritar y llorar juntos, donde, por noventa minutos, nada importa, el tiempo se detiene y el mundo desaparece, tan solo mueve la pasión a la gente y esta se desborda de los corazones hinchados de felicidad o tristeza de victoria o derrota, pero siempre juntos...
Es aquella la ideología de cierto alumno de último año de secundaria.
Para Perú no hay pasión más grande que se pueda sentir si no es en la cancha, aún si su vida escolar se viera atormentada.
"¿Cómo alguien puede ser tan crédulo...?"
Pues un ser radiante de alegría no conocería nunca el pensamiento egoísta.
Para aquellos los cuales viven de la avaricia, el fútbol no es más que una herramienta, una herramienta para alcanzar sus más oscuros objetivos y anhelos, sin importar cuánto daño causen a este deporte
Ambos de mundos tan diferentes, ambos de pensamientos tan diferentes
¿Cómo sería posible...?
El fútbol puede ser tomado de diferentes maneras, es tan impredecible que puede hacer que un Goliat sea derrotado por un David, o hacer del peor equipo de todos, el mejor.
Dos equipos, un balón, once jugadores y un único campeón, esas son las reglas de su mundo, esas son las reglas para ambos.
"Voy a poner mi corazón en el deporte, y mi alma para conquistarte"
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Aclaración: Esta historia es el ejemplo perfecto de cómo la narración de un autor evoluciona con el paso de los años. No es hasta "El Gol Relámpago" que se empieza a evidenciar la forma de escritura madura de una forma integral.
¿Curiosidad por presenciar este proceso? Bienvenido seas a una historia que relata no solo las aventuras de un equipo de fútbol muy peculiar, también el progreso de madurez literaria de un autor muy poco cuerdo
La vida en la que naciste jamás es perfecta, menos cuando ya está escrita, cuando todo está trazado de principio a fin. A través de las pisadas de tu padre... noche y día sin haber aprendido a vivir por uno mismo, sin haber aprendido a decidir por uno mismo, sin saber nada. Es como estar atrapado en un hueco sin salida, solo con pequeñas luces que aparecen brevemente y se van, causando el rastro que te recuerda el dolor.
Ser feliz un momento y de un instante todo de repente se vuelva dolor. Tener a alguien con quien compartir esa felicidad, y saber que todo tiene un final doloroso. ¿Hay alguna luz que no se apague? Una cicatriz que, aunque duela, también te haga feliz... Una mezcla de dolor y consuelo.
El odio más profundo puede transformarse en el amor más verdadero amor que se rompe con cada verdad, cada acción que rompa más y más. Hasta convertirse en solo cenizas. Amar y sufrir son un consuelo, es ese sufrimiento el que te enseña a escalar, a liberarte de la presión, a respirar por primera vez y finalmente saber lo que eres.
Las cicatrices y las quemaduras duelen, duelen... tanto que desearías caer en hielo para aliviar ese sufrimiento.
Pero junto a todo ello deseando un abrazo cálido sincero que te devuelva lo que te arrebataron con tan solo ser un niño.