inko midoriya estaba dibujando con un izuku de 5 años cuando escuchó el timbre de su casa, al abrir la puerta no había nadie y pensó que era una mala broma de alguien. Cuando estaba por cerrar la puerta de nuevo escuchó un maullido, bajó la vista y se encontró con unos ojos rubíes viéndola con atención y unas orejas peluditas, inko simplemente no podía no quedar encantada con tanta ternura. Al parecer izuku iba a tener un amigo nuevo. Historia original, 100% mía.