Sangre, oscuridad, placer y dolor al mismo tiempo, sus ojos estaban de un rojo brillante que nunca antes había visto. -Me pertenece princesa -Sus colmillos habían salido por completo y peinó mi larga cabellera negra para tener acceso a mi cuello. Gemí alto y enterré mis uñas en sus hombros con fuerza cuando sentí como clavaba sus colmillos en aquella zona.