40 ЧаŃŃĐž йДĐșŃŃОД CrecĂ sin una familia. El orfanato fue todo lo que conocĂ, y por mucho tiempo, pensĂ© que era lo peor que me podrĂa pasar. Todos los dĂas, las mismas caras, los mismos pasillos frĂos, las mismas reglas. ÂżQuiĂ©n necesitaba amor cuando lo Ășnico que te enseñan es a sobrevivir? Mi sueño era salir de allĂ, huir de esos muros que me apretaban el pecho, encontrar un lugar donde pudiera ser yo misma. El dĂa que finalmente lo logrĂ©, el mundo me ofreciĂł un espectĂĄculo que nunca habrĂa esperado. CreĂ que la libertad me salvarĂa, pero lo que vi me arrastrĂł al abismo.
Aquel hombre... no lo olvidarĂ©. En un abrir y cerrar de ojos, la vida se le escapĂł. No pude hacer nada mĂĄs que observar cĂłmo la muerte le arrancaba el alma, como si fuera solo un juego para aquellos que la dominaban. Vi cĂłmo la sangre bañaba las calles, cĂłmo el terror era el aire que respiraba. Desde ese momento, todo cambiĂł. Mi vida dejĂł de ser solo mĂa. La pesadilla empezĂł a tener rostro, y no tardĂł en darme caza. No hay escape, no hay refugio. El mundo en el que soñé vivir no existĂa. Ahora, me adapto, me adapto o me muero. Y lo peor es que no me importa. Ya no creo en el futuro, solo en lo que puedo destruir para sobrevivir.