Si Alice pudiese haber elegido, hubiera preferido perfectamente no ser débil, no ser mortal, y de ser posible, ni haber nacido.
Siendo hija de un eterno con una humana, ella podría ser el acto de amor más hermoso alguna vez entregado: pues fue procreada ante todo pronóstico de imposibilidad, producto de sacrificios estratosféricos incluso para un eterno.
《Valió la pena traerte a este mundo, Giri.》 Dijo su padre, debilitado y al borde de la muerte.
Para Alice era absurdo pensar que las consecuencias valían la pena. Su padre no podía retornar a ser el eterno que era antes y su madre, si bien ya era humana desde un principio, su mortalidad parecía aproximarse, acelerándose cada segundo. Lo que ella reprochaba como un error de sus padres, ya había sido consumado hace veinte años y ellos no se arrepentían de ello.
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En donde Alice, mitad eterna, mitad humana, termina descubriendo que en realidad puede que tenga poderes más interesantes que sólo "la imitación", pues termina viajando entre universos alternos, sin saber muy bien cómo volver a casa.
Druig x oc!fem.