Vivir para luchar, servir para proteger, sacrificarse por un bien, todo por la patria, todo por su amado hogar, todo por Troya. Cuando la paz soñada parece convertirse en algo real, golpea la triste realidad y el fatal juego de azar de los dioses que traerán la muerte a su puerta. No había tiempo para reaccionar, era hora de luchar, era el momento de defender a aquellos que por sí solos no podían y velar por los símbolos del futuro como eran los niños. Los dioses parecían haberles abandonado pero no podia estar más equivocado pues la mirada de muchos y muchas estarían puestas sobre este soldado.