Desecha todo lo que tiene potencial para intoxicarte y niegale la entrada a todo lo que pueda dañar tu espíritu, porque las personas amargadas y rebeldes siempre procuran tener tu compañía.
Cuando la más cruel de la enfermedades te hace olvidar lo que fuiste, te agarras a tus recuerdos como a un clavo ardiendo. Esperas que los que te rodean sean tu sostén para no quedar en el olvido.