Detallar su rostro sobre el pálido lienzo se había hecho un hobby para mí, descubrir cada pequeña imperfección, cada lunar de su fino y delicado rostro, esto si se puede llamar arte. Cabellos castaños rizos cayendo a lo largo de su rostro y una diminuta y discreta sonrisa, un paisaje que solo yo aprecio más de cerca que los demás. Mi pequeña Mona Lisa, mi número 1 entre todas las obras de arte.