Qin Yuyang siempre terminaba transmigrando como un hombre escoria que sería atrapado en la cama con otro hombre, por su pareja. Con frecuencia, el amante secreto y su novio le preguntaban al unísono: "¡¿Lo eliges a él o a mí ?!" A veces, su pareja se burlaba de él con desdén, "Vete, lárgate de mi casa". El amante, por otro lado, se rompía a llorar y preguntaba: "¿Qué tengo que hacer para que te quedes?" A veces, llegaba tan lejos como para dejar escapar sin un cambio en su expresión: "Tengo a tu hijo, jeje".