Prólogo:
Mariana, Marianita, sé que esto será doloroso pero necesito que confíes en que no lo hago por ti, lo hago porque ya no puedo más con mi don, te amo desde el primer momento en el que abriste tus hermosos y brillantes ojos azules, te amo desde que diste tus primeros pasos, te amo con todas mis fuerzas hijita mía, siempre tendrás el mayor puesto en mi corazón.
Att: Tu padre, Bruno.
Aclaró que esto es como las historias de la TN solo que a mi me gusta ponerles nombres, en este caso es Mariana