Japón es un país con cultura. Mucha. Una cultura milenaria, que le ha dado la fama de ser una tierra donde el arte se expresa en sentimientos, en historias o incluso en caracteres sueltos.
Y como todas esas vidas, que parecen estar incompletas, esta es la historia de un carácter suelto. En realidad, puedes encontrarte a muchos en tu vida diaria, prácticamente por todas partes: en el autobús, en el paso de cebra, en la compra o en el bar, sólo que no se les reconoce. Saben escabullirse, disfrazarse, disimular, e incluso pueden aparentar que el puzle que les vertebra está completo. Pobres ilusos.
Pero, si prestas atención, puedes hasta ver sobrevolar sus pensamientos por la cabeza, sus anhelos y dudas, esos anillos de Saturno que dibujan la vida de una persona, alrededor de un cuerpo sometido a una mente.