Esther Fairfield crecio durante los primeros años de su vida con sus padres, siendo espectadora de las constantes peleas de sus padres. Incluso luego de que fue separada de sus padres y terminaran en un juicio por abuso infantil para luego ser enviada al sanatorio mental Smith Groove. Ella ya estaba rota, la ayuda había llegado tarde y nada ni nadie lo podría cambiar pero todo comenzaría a empeorar una vez conociera a ese niño con los ojos azules, oscuros y profundos.