Flores de Adoración

Fue en mitad de la noche cuando la mujer que sería la Duquesa vino a verme.
Dijo que mi padre y mi madre habían muerto, y que mi amable tío se convirtió en rey.
"Durante un tiempo, Su Alteza estuvo escondido. Con todos mis respetos, ¿fue por supervivencia? Solo porque sus padres hayan muerto, usted no tiene por qué carecer de motivos para sobrevivir. Es más, ese mismo factor hace que sea más importante que deba seguir con vida. Si muriese ahora..."
¿Si muriese ahora?
Cuando le pregunté, mirándole a los ojos, la mujer acabó exponiendo la cruel verdad con una expresión llena de empatía.
"Moriría como un perro abandonado."
"Qué ordinaria..."
Hacía mucho tiempo que no decía eso.
De una época para aquí, fui tratado como un demente y molido a palos solo por decir cosas similares. Aflojó los brazos que me abrazaban y de repente me tensé por ello.
Porque pensé que podía haber soltado su brazo para golpearme. Pero no lo hizo.
Clavó una rodilla en el suelo delante de mí, como un caballero.
"Sarian de Hastred le ofrece su espada. Por favor, acéptela."
Mi primer caballero era hermosa y amable.
"¿Estás de mi lado?"
"Sí, Su Alteza."
Todo era una mentira.