Él la vió una noche. Sus ojos resplandecían por la pareja que bailaba frente a los invitados. Tenía un vestido largo y rosado que resaltaba su piel bronceada y el cabello castaño ámbar cayendo en ondas hasta sus hombros. Él al instante quedó cautivado desde esa noche. Así que descubrió cual era su fraternidad en la Universidad a la cual asistían y todos los viernes le regalaba una canasta con cuatro manzanas acarameladas, y un papel que decía: De tu admirador secreto. A ella le parecía algo gracioso y tierno y lo aceptaba, pero tenía curiosidad en averiguar quién era su admirador secreto. Porque le encantaba levantarse todos los viernes a ver la canasta, se estaba ilusionando sin darse cuenta por eso buscaba desesperadamente el rostro de él. Del chico que la supo cautivar con Manzanas Acarameladas. Una novela de Evelyn Ross