Estoico pero reservado, ambicioso y a la vez hábil diplomático, Lan WanJi, gobernador del Imperio otomano en su momento de mayor esplendor, provocando que en cada primavera toda Europa temblara ante sus filas de ejércitos. Wei WeXian, hijo menor de la familia Jiang, poseedor de una personalidad vibrante, belleza unica,alegre, carismático, elegante, desvergonzado, noble y sobre todo perspicaz. Ambos se conocen en una noche, una velada celebrada en el palacio de Topkapi después de que Lan Zhan saliera victorioso de la batalla de Mohacs, todo esto con un propósito, la tan esperada presentación de los hijos de los ministros entablando así relaciones. Wei Yin solo necesito sonreír para cautivar el corazón del sultán, bailar en su honor por petición de su padre para que el sultán se lo imaginara en su cama, y decir su nombre para que solicitaran su mano como concubina.