𝑳𝑵𝑬𝑨 | Porque para ella, creer ser amada era una esperanza insana. Nació y se formó de una atadura sin negarse, pero aquello era peor que un mal inicio. Y cuando todo estuvo más allá de la brecha en la que se derrumba su vida, más allá de esa época malsana, en lugar de acabarse todo, sintió una fiebre dulce y apacible. Entonces despertó.