Hace poco me mudé en la tranquilidad de Roma, una zona muy turística. En uno de esos lugares donde es todo alegría, la felicidad se ve en el aire, la emoción de los primeros meses en los enamorados se palpa. Toda mi vida era color de rosa, pero aburrida, siempre lo mismo, nada cambiaba. Hasta que me choque ese maldito Ferrari, quien iba a pensar que de un simple roce, mi vida quedaría patas para arriba, el color de rosa se tornaria rojo sangre, el aburrimiento dejaría de existir en mi vida y todo lo que un día planee se fuera por la basura.
Maldito el momento en el que los conocí Lorenzzis
Maldito el momento en que decidí dejar mi país