Todos podríamos morir en cualquier momento, nadie tiene la vida asegurada ¿cierto? Pues ésto es justamente lo que Laurel creía antes de que su suerte cambiara —y no exactamente para mal, aunque, tampoco para bien—, pues después de varios incidentes de muerte, y/o de peligro, Laurel salía sin ningún rasguño. Aunque ésto podría resultar extraño para alguien que es perseguida por asesinos, y aunque no lo creyera, ella estaba siendo protegida por alguien. Que no podía ver. Que no podía amar. Que no era de éste mundo. ☆Obra originalmente escrita por Hada-Rabiosa19 (Keila Santana). Registrada en Derechos de Autor. Queda prohibida cualquier copia y/o adaptación sin mi permiso.☆