Todo llevaba a una investigación de rutina, donde el investigador privado sólo tenía que encontrar a otro joven que había decidido escapar de los problemas, mudándose a la gran ciudad de Nueva York. Quien diría que aquel joven de rulos pertenecía a una de las mafias más poderosas, los Vásquez, aquel lazo era obligado por un brazalete azul, que asumía propiedad ante el joven de rulos.