Preparados o no, allá voy!
Alexa se quitó las manos de los ojos y se dio media vuelta. En el bosque reinaba un silencio sobrenatural, pero percibía que sus amigas estaban cerca. Sin dudar, echó a correr, haciendo que la vegetación y las ramitas crujieran bajo sus zapatillas mientras zigzagueaba entre los enormes pinos. Aguzó el oído al escuchar una risilla. Se dirigió hacia el sonido, pero el eco la despistó y solo consiguió sorprender a una ardilla que estaba ocupada con una nuez enorme. La fresca sombra la instaba a adentrarse en la arboleda. Un rápido vistazo al escondite habitual de Maggie le reveló que solo había hojas. Alexa ralentizó el paso y estaba a punto de girarse cuando oyó una voz. -Un poco mayorcita para jugar al escondite, ¿no?