Vivir en la vida cotidiana, despertar por la mañana junto al amor de tu vida después de una noche de pasión, eran cosas que Kagome dudaba pudieran pertenecerles, las sentía tan distantes, pero ahora eran parte de su realidad. Kagome estaba feliz de vivir junto a su amado Inuyasha. Si tan solo el híbrido no hubiera pronunciado aquel nombre en un momento tan íntimo, la burbuja de amor en la que ellos vivían no se habría reventado.