William es un rico y joven empresario quien, gracias a un accidente de sus padres, se queda huérfano, heredando todas las riquezas de su familia. Un día, cuando está corriendo hacia su próxima reunión de empresa, ataja por un camino no muy recomendable y un club le llama la atención.
Tras la reunión, vuelve por el mismo camino y se introduce en el club, donde tiene lugar una venta de esclavos sexuales.
Pero lo que más le impactó no fue el echo de que vendieran a personas para tener sexo con ellas. Lo que vio, le quitó el aire de sus pulmones e hizo su corazón palpitar descontrolado.
Encima del escenario donde se mostraban a los sujetos para la venta, se encontraba el joven más hermoso que había visto. Sus ojos parecían fríos, crueles, llenos de rencor, y su pálido cuerpo, su postura, demostraba que ya estaba acostumbrado a aquello.
Su nombre se decía con tan sólo un suspiro.
«Sebastian».
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...