Imagina un lugar oscuro... Nada de luz... Ni un sola vela... El frío recorre la habitación helándote la sangre y ese sentimiento de perdida inunda tu corazón, tu alma esta rota. Y ese vacío... Algo te falta pero no sabes que.
En medio de toda esa oscuridad, sumergido entre lamentos... Y el silencio... Ese maldito silencio en el que solo se escuchan tus sollozos, pero son tan leves.
Quieres gritar, pero... Ni siquiera puedes murmurar un "ayúdame"...
De tu boca no sale nada.
Y el 'tictac' del reloj, rompiendo ese silencio sepulcral, recordándote como pasa el tiempo, tan despacio... Casi torturándote... No sabes si estas vivo o muerto, porque ya no sientes... O bueno, ya no te importa.
Estas perdiéndote de tantas cosas, pero no tienes fuerzas ni para levantarte de la cama. Estas tan cansado... Ya no quieres más... Ya no puedes...
Y no te culpo, has tenido una vida difícil.
Muy difícil. Es entendible que quieras acabar con todo ese sufrimiento. Créeme, te entiendo.
No obstante.
Aún en medio de ese paisaje abstracto en el que se ha convertido tu vida. En medio de toda esa oscuridad, una luz se enciende. La luz más brillante que has visto.
Él llegó y ahora los días son más divertidos, más coloridos, más.
Brillantes.
Con solo una sonrisa él te hace sentir... Vivo. Ese estúpido, ruidoso e infantil chico. Solo un cruse de miradas basta para hacer que mi corazón se acelere, mis mejillas ardan en un intenso color carmín, y una sonrisa boba se dibuje en mi rostro.
El simple hecho de pensar en ti hace que entre en mi propio mundo, perdido en esos hermosos ojos. Y sentir como la electricidad recorre mi cuerpo cuando con mi cuerpo acaricias con cariño mi blanquecina piel.
Y tengo miedo.. verdaderamente me aterra el hecho de que me cuides y me aprecies tanto. Eres verdaderamente aterrador, Tan amable.
Todos, Estos nuevos sentimientos a los que claramente no estoy acostumbrado. Todo es tu culpa..
Gracias a ti.. Ya no estoy solo, Gracias.