Mateo lo quiere todo hasta a ella. O al menos, eso él quiere que ella crea. Alice no lo quiere todo, pero sí a él. Sin darse cuenta le entrega todo a la persona incorrecta, dándole permiso a destruirla cuando menos lo espera. La cuestión es que, en este juego alguien va a perder, y estoy segura que ustedes saben quién será.