La Ilíada es todavía el poema de la guerra: la edad heroica ha terminado, pero no está muy lejos. La Odisea es muy posterior. No es excesivo calcular unos cien años de distancia entre los dos poemas. Representa La Odisea el principio de los tiempos nuevos: la edad de las ciudades helénicas, en que la vida se recoge y se remansa, se hace tranquila e industriosa; el hogar, los bienes, el trabajo, son ahora los intereses dominantes del hombre.