Ahissa Cooper tenía 14 cuando comenzó a escribir su diario, en el cual, con el tiempo fue su refugio. Se vió obligada a ocultarse detrás de un cuaderno y un lápiz, resguardando sus emociones y sentimientos, lo cuales para ella eran complejos y pronto se convertirían en algo más. Escribió su historia sin saltarse ningún detalle, dándole el final más amargo, pero todo parece cambiar cuando de repente obtiene algo que jamás imagino tener y que cambiaba todos sus planes: un lector. Esa idea que recurre la mente de muchos en el día a día, y que para otros muchos es su única salida. Buscando motivos y analizando las razones, al final, todos buscamos nuestra manera de sobrevivir.