El día en que Katia apareció en mi puerta, fue la primera vez que sentí miedo de verdad. Porque supe, al instante en que la vi, que me enamoraría de ella. Y así fue. Estaba loco por Kat. Y quise ser positivo respecto a ello. Quise creer que ella me encontró, que estaba destinada a aparecer en el momento justo en que mi vida estaba a punto de quebrarse en mil pedazos. Pero lo último que quería era que esos cristales rotos le hicieran daño. Porque eso era lo que pasaría si ella me amaba. Sin embargo, el amor de Katia resultó ser tan fuerte, puro, y profundo, que me vi inmerso en el sin poder evitarlo..., sin querer evitarlo. ¿Y cómo seguir adelante sin ella? ¿Cómo aceptar lo que vendría después, sabiendo que tendría que dejar a Katia atrás? Porque Katia Green era mi ángel, y aunque supiera que me encontraría al final del camino, tenía miedo de dejarla ir.