Estaba yo rondando por un bosque por una zona tenebrosa, no sabía como había llegado, pero solo sabía que debía salir de ese bosque, estaba vestido con una remera roja y una chaqueta negra, unos Jeans desgarrados y unas zapatillas algo incomodas.
Pero esto no era lo único, cuando desperté en ese extraño y sombrío bosque, me di cuenta que al mirar mi brazo tenía una extraña cortadura, mas bien eran como si me fueran garras de un león, estaba un poco asustado, pero eso no era lo único que cambiaba mi estado de animo, sino que vi que mas al fondo podían verse unas manchas de sangre, tenía ganas de ir a averiguar que era, pero mi consciencia me decía que no debía, así que me alejé, me fui hacia el lado contrario de donde estaba la sangre, dolorido por el rasguño de mi brazo, caminé como pude hacia el lado que me parecía algo razonable de ir, pero la verdad es que no tenía ni siquiera la menor idea de donde estaba, hacia donde iba y porque estaba allí, era raro, al toparme con una roca en el medio del camino, me alegro. No porque era una roca, sino porque tenía una flecha que señalaba mi derecha, caminé y me fui guiando por diferentes rocas, pero no me dí cuenta que eso me llevaría casi a mi fin.
Seguí caminando, hasta que me encontré con una roca que decía "No encontraras la salida, tu fin se acerca".
Me aterre mucho, intenté no hacerle mucho caso a eso, creí que era una broma, pero no lo fue, al mirar para atrás, casi muero de un infarto. Un hombre alto, muy muy alto, de smoking, eso no era lo impactante, sino que no tenía cara, me sorprendí tanto que corrí corrí mucho, como pude, pero por alguna extraña razón el apareció mas al fondo delante de mí, espiando desde un árbol, pude llegar a verlo de cerca. El me miraba con una mirada fría y oscura.
Luego de ese trayecto, al instante me desmayé y aquí estoy. Aparecí en un hospital con un moretón en la cabeza, no recordaba nada y por alguna extraña razón. El rasguño, desapareció.Todos los derechos reservados