Valentina acaba de perder su empleo en la clínica veterinaria, pero está decidida a retomar sus estudios y finalizar de una vez por todas su carrera, sin embargo se deja embaucar de nuevo por su amiga Sofía para trabajar en una granja en Tepoztlan, un pueblo de menos de cincuenta mil habitantes situado en Morelos, donde ejercerá como veterinaria graduada. Lidiar con Juliana, «la granjerita», que es de armas tomar, unos compañeros que tampoco se lo pondrán fácil y el remordimiento por estar ocultando que todavía no posee el título oficial, harán que más de una vez decida tirar la toalla y regresar al DF. R.L