Siempre que el pasado queda sin resolver, vuelve a ti, lo quieras o no.
Era solo una fábula que se les cuenta a los niños, una de esas historias que todos se saben de memoria en su niñez, una fantasía más. Sin embargo, a medida que creces te das cuenta de que solo se trataba de una historia fantasiosa más.
Ellos también eran solo una fábula que se les contaba a los niños en Cestiolen, por ende a nadie se le pasaba por la cabeza de que hubiera la posibilidad de que esta fábula fuese real.
La historia de los cinco hermanos, descendientes directos del caos; el creador absoluto de Cestiolen, un mundo constituido por reinos mágicos, todo tipo de criaturas y todo tipo de magia.
Pero ¿Qué pasa cuando eso que creías fantasioso en realidad es solo una pequeña probada de lo que será tu futuro?
Los hermanos Avcedhariu eran un mito, una leyenda, una fábula, nada más. No obstante, en realidad, todo lo que te han contado al crecer es mentira; ellos son reales, existen, viven bajo el mismo sol que tú, están más cerca de lo que crees.
Los cinco herederos de los reinos de Cestiolen están pronto a ser coronados, Cestiolen, entonces, se está preparando para una gran celebración, pero alguien cruza el territorio que jamás se debe cruzar, esa tierra está prohibida, todos lo saben, pues en ese lugar suceden cosas extrañas, cosas inexplicables.
De pronto, el pasado golpea el presente y el futuro ha cambiado sin que lo supieras.
Corre porque ellos vienen por ti, especialmente ella.
Regresé a este pueblo olvidado por el tiempo, pero ya no es el lugar que guardaba en mi memoria. Y ellos... ellos siguen aquí. Intactos. Como si el tiempo no hubiera podido tocarlos.
Khaleb Blackthorn, Kaspian Blackthorn, Killian Blackthorn, Kayden Blackthorn y Kenneth Blackthorn.
Mis cinco mejores amigos. Mis primeros amores. Los chicos que lo eran todo... hasta que me abandonaron, dejándome atrás con un vacío que nunca supe llenar. Durante años, cargué con preguntas sin respuestas, con cicatrices que no pude admitir que ellos habían dejado.
Les juré a ellos y a mí misma que nunca volvería a caer en sus redes. Que nunca permitiría que sus palabras dulces y sus promesas vacías me atraparan de nuevo. Pero estar aquí, frente a ellos otra vez, con sus ojos fijos en mí como si el tiempo no hubiera pasado, me hace dudar. Porque ellos no han cambiado.
Me rodean como un cazador acechando a su presa. Me manipulan con palabras cuidadosas, con gestos que parecen dulces, pero están llenos de intención. Cada uno de ellos, con su propia forma de reclamarme, convencido de que aún soy suya. Pero esta vez no soy la misma niña que ellos dejaron atrás. No soy frágil, ni fácil de romper. Esta vez, estoy dispuesta a luchar.
Sin embargo, algo en ellos también es diferente. Hay una oscuridad en sus miradas, un peso que no estaba allí antes. Una sombra que no puedo ignorar. Porque no solo yo traigo el pasado a cuestas. Ellos también. Y aunque no lo digan, lo veo en cada gesto, en cada palabra que no dicen.
Este pueblo está lleno de secretos, y ellos están en el centro de todos. Pero esta vez no voy a huir. Esta vez no dejaré que su control me asfixie. Porque aunque no lo sepan, ellos ya no tienen el poder sobre mí.
O eso quiero creer