Elsa tiene un solo problema general en su vida: Su madre y su obsesión por volverse a casar después de sus tantos fracasos matrimoniales. Se han mudado más veces de las que podría contar con los dedos. Pero al parecer, este último matrimonio será lo suficientemente estable como para que ella pueda tener una vida normal: Escuela, novio, amigos, todo lo que una adolescente normal quiere… excepto por unos ojos profundos que analizan todos sus movimientos. La rutina que Elsa deseaba fervientemente se verá interrumpida por su secuestro, por voces y por la curiosidad de saber el rostro de su secuestrador. ¿Tendrá tiempo suficiente para poder saciar su curiosidad?