Bruno tiene un talento especial, ver el futuro. Este talento, sin embargo, también puede ser usado para conocer el alma gemela que en un futuro vendrá.
Y cuando llego el día en que sus hermanas recibieron sus dones, Bruno vio con alegría la pareja predestinada de cada una de ellas.
En su hermana Pepa vio a un joven de una gran sonrisa y encantadora personalidad.
En su hermana Julieta, Bruno vio a un chico dulce, con el rostro inflamado de lo que parecían ser picaduras de abejas, pero con una suave sonrisa al mirar a su hermana.
Sin embargo, cuando fue su turno Bruno no vio nada.
Eso, claro está, hasta años después cuando en una visión Bruno, junto a los demás Madrigales, vio a una pequeña niña de ojos cafés que le miraba desde su cuna como si él sostuviera la luna entre sus manos.
Y luego Bruno vio a una hermosa joven, su cabello ondulado caía hasta sus hombros y ojos cafés, los mismos de su hermana Julieta, que le miraban con dulzura. Y ella le sonreía y tomaba entre sus manos su rostro repitiendo una y otra vez 'tío Bruno' antes de posar un suave beso en sus labios.
Cuando fue su turno Bruno se preguntó por primera vez lo que recibió fue un "milagro" fue o un "maldición".