Todos saben que el bosque está maldito.
No debes entrar en él bajo ninguna circunstancia. Escúchame bien y atentamente, y aunque mis palabras suenen extrañas, debes, por tu bien, creerlas. Es ese bosque un lugar maligno, nido de los monstruos más extraños, ecos del averno. Es un lugar para la magia más malvada, para los demonios y las brujas. No hay en él lugar para los humanos. Mantente lejos del bosque, porque sus bestias tienen hambre, porque sus monstruos son mentirosos. Porque están solos.
Todos saben que el bosque está maldito.
Todos, menos Anwin.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.