Mi nombre es Silvia. Siempre me he considerado una chica normal, aunque debo confesar que tengo fantasías que cada vez me ganan más... fantasías de sumisión y de ser humillada, tanto por hombres como por mujeres (aunque hasta ahora sólo he tenido relaciones con chicos). Aquí, el relato de cómo mis fantasías me impidieron poner freno a ciertas situaciones a las que me vi forzada a realizar y que ahora me han llevado a convertirme en una especie de juguete sexual para mi amiga Claudia, su hermano Pablo... y algunos más.
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