Story cover for ABISMO (FINALIZADA) by maremelbooks
ABISMO (FINALIZADA)
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Complete, First published Jan 15, 2022
En la vida siempre está el momento en el que naces y el que mueres, sin embargo, tu vida siempre estará marcada por los sucesos que hagas en el transcurso de ella. Tenía miedo de ser quien debía, me escondí de lo que podía ser visto como mi destino e incluso perdí las fuerzas ante lo que vendría hacia mí, soñé con cosas que probablemente nunca pasarían o que ya lo habían hecho y descubrí un mundo que ni siquiera yo estaba preparada para afrontar.
a veces quisiera saber más acerca de mí, de mi vida, de lo que ocurrió, sé que tengo un destino, uno que me da miedo cumplir uno que desaparece cada año que vivo esta vida común, debo encontrarlo el mismo ser que me acompaña cada noche al dormir y de la misma forma al despertar, siento su presencia y lo quiero aquí conmigo incluso si me pierdo en el camino.
a todas estas ¿no es el amor por lo que uno hace todo?
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𝐄𝐋 𝐓𝐎𝐑𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐎𝐋𝐈𝐌𝐏𝐈𝐂𝐎𝐒

26 parts Ongoing Mature

Los dioses no temen la guerra. Temen el deseo. En la penumbra del Olimpo, las Moiras tejían un hilo dorado que latía con una fuerza indomable. Susurros de un destino imposible se filtraron en el mármol sagrado, arrastrando consigo el eco de una advertencia: "Cuando la hija del pecado y el error despierte, los corazones divinos caerán en su trampa. Cuatro dioses la desearán, cuatro mundos se inclinarán ante su furia. Si su ira arde, no habrá Olimpo, ni Inframundo, ni campo de batalla que sobreviva a su sombra. Porque ella no es una mortal. Ni siquiera una diosa. Es el caos encarnado, la grieta en el orden eterno." Zeus sintió el peligro en cada palabra, pero no pudo apartar la mirada. Hades pensó en lo inevitable, en lo que significa amar a una criatura destinada a la ruina. Apolo sintió el sol temblar, atrapado en su propia luz. Ares, con su sonrisa feroz, entendió que por primera vez conocía la guerra que jamás podría ganar. Lejos de su mirada, en el rincón olvidado del mundo, una estatua se quebró. Las olas la abrazaron, y la piedra respiró. Asha Kaelione abrió los ojos. Y los dioses, sin saberlo, ya estaban perdidos.