Todos hemos pasado por una época mala, que llorábamos sin parar todas las noches y no teníamos ganas de salir de casa, noches sin dormir y sin poder tranquilizarte, pensando que se te venía el mundo abajo y que no ibas a poder salir jamás, y sinceramente no tenías claro el por qué. Esas veces que sientes que te derrumbas y necesitas a alguien que esté contigo, a quien contarle tus problemas sabiendo que incluso a las tres de la mañana va a cogerte en teléfono si lo necesitas, esa persona que sientes que te ha salvado cuando estabas en la mierda y que te resulta reconfortante, y desde entonces dependes de esas personas emocionalmente. Soy Leah, y gracias a la experiencia aprendí que no puedes confundir la dependencia emocional con el amor hacia una persona.
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