El tiempo era relativo, que razón tenía Einstein. Cuando la situación resultaba aburrida, pasaba lento y pausado, regodeándose con cada segundo, tomándose su propio tiempo. Pero que distinto era cuando lo necesitabas. Al sentirse importante, corría alocadamente, robándote los minutos en cuanto te descuidabas. Podía dar fe de ello, el tiempo era total y completamente relativo... Acompaña a Marí en la segunda entrega de la saga Arbitrio. Ayúdala a descubrir el plan de las almas y sorpréndete con su inesperado final.