Mi vida siempre ha sido una monotonía: las mismas amigas, el mismo colegio, las mismas personas en mi casa, los mismos hábitos y el mismo hastío. Por supuesto, eso no dura para toda la vida. Por culpa (o gracias) a la mujer que denomino "mamá", me meto en una universidad: mis amigos cambian por completo, mi vivienda también y los hábitos no se quedan atrás. Ese hastío permanente en mí se convierte en una tormenta de emociones y sentimientos que me cuesta entender y sobrellevar. Entre todo esto, me encuentro con personas del pasado y otras que incluso podría decir que pertenecen al futuro. *** Ella pensaba que jamás podría querer a alguien. Ella no creía en casualidades o destino. Ella tampoco imaginaba que su vida pudiese dar un vuelco de esta forma. Ella es...