A los once años, luego de una buena tanda de golpes y maldiciones, y una rotura en la quijada, encontró un refugio al que huir siempre que las cosas se pusieran feas.
La oscuridad en un rincón bajo su cama.
Jungkook siempre fue tan dulce, tan comprensivo y amoroso, y por supuesto, estuvo más que dispuesto a ser el rincón de oscuridad de su vieja cama.
Jungkook le había echo entender, que su belleza suave, no era su culpa. Ni su cabello dorado medio ondulado, ni su rostro hermoso, ni sus brillantes ojos marrones, ni su cuerpo esbelto y delicado. Nada de eso era su culpa.
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Advertencia.
✎ One Shot.
✎ No cop, no adap.
✎ No lemon.