No leerás algo tangible, como sueles hacerlo en tus ratos inertes con tus neuronas soñadoras, leerás un mensaje de mis ancestros hacia los tuyos. Te unirás a una oda hacia la decadencia de nuestros sueños en almíbar de crudeza, si ves algún que otro dragón batiendo sus alas sobre tu cabezita inexperta, habrás cumplido la misión disfrazada de conciencia. No eres una masa caminante por amor al arte, eres más que un alma extraviada en un mar de apatía cibernética. Sí, se que vienes a aliviar tus apegos, con mi suspiro blanquecino con sabor a coco y almendras. Yo soy un híbrido numérico que viene a liberar tus cadenas de prejuicios y tempestades, yo soy la albahaca que dopa tus intestinos y desenfrena tus demonios. Oh!, huye!, porque el estigma ya se hace ilusorio, es real, es la prueba innata de que eres elegido, posees un número de vida, un sigilo maldito y ahora aspiras a conocer la verdad de un 9 y un 11.
El plan de in-ho de colarse entre los jugadores y traicionarlos pintaba con que marcharía bien, hasta que una niña insolente lo cambio todo.
Ya no era solo detener a Gi-hun y su juego, ahora tambien era destruir a esa niña.