Un aclaramiento de garganta me trajo de vuelta de mis pensamientos, y me di cuenta de que los policías ya estaban frente a mi. -Joven, ¿usted fue testigo del asesinato?- Preguntó el que, según su placa, era apellido Cardenas. -Si, ¿porque?- Contesté de manera brusca. Cruzaron miradas por unos segundos entre ellos, para después centrarlas en mi otra vez. - No puede salir de la ciudad y será llevada a la estación de policía para hacer la denuncia contra el asesino. Esperenos afuera, nosotros debemos esperar a que lleguen a recoger el cuerpo y llevarlo a la morgue- Dijo el otro, que era apellido Smith, con tono autoritario. Al terminar de hablar, me hizo una seña con la mano para que saliera. * Aqui les dejo un pequeño trozo de esta historia llena de sacrificio por los seres que amamos y deseos de autosuperacion en un mundo donde es muy dificil conseguirla.